10 de Agosto
Son las 6 de la tarde y estamos en la Cima Brillante de las Montañas Amarillas, esta atardeciendo y las vistas son espectaculares, por suerte hace un día bastante despejado y se ve, como las montañas se pierden en el horizonte.
A la mañana temprano hemos salido de Nanjing y tras 6 horas de viaje por sinuosas carreteras, nos han dejado en un pequeño pueblo de montaña, que aun a día de hoy, no tenemos ni idea, ni como se llamaba, ni su situación.
Tras conseguir la ayuda de un adolescente que hablaba Ingles, una furgoneta nos acerco a Huang Shan.
Como hacia mucho calor, íbamos con las mochilas y tenemos ya cierta edad, hemos decidido por unanimidad subir en teleférico hasta la primera cima.
Desde allí hemos subido y bajado escaleras hasta hartarnos y conseguir por fin alojamiento para pasar la noche. Éramos de los pocos colgaos que andábamos dando vueltas con semejantes mochilas, y los chinos nos animaban y nos miraban como a locos.
Tras dejar las mochilas en recepción, comer en un restaurante donde las vistas superaban con creces a la comida y pagar 100Y por cabeza, por una litera en el pasillo del hotel, nos vamos a ver el atardecer.
Ahora son las 8 de la tarde y seguimos mirando el paisaje, ya es de noche y descubrimos para nuestro felicidad que china también tiene estrellas, casi estamos obligados a quedarnos, ya que es la primera noche que tenemos despejada y por que negarlo, por no acostarnos en la litera esa del pasillo, miraríamos hasta las musarañas.
Nos dicen que a primera hora se juntan cientos, si no millares de chinos para ver la salida del sol, pero por suerte hemos "investigado" una roca apartada, para poder ver mañana el amanecer.
Tras numerosos cálculos de expertos y buscar con ahínco la estrella polar, concluimos que nuestro solitario mirador, encara el Este.
Mañana seguro que el sol nos sorprende dándonos en la nuca.
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